Por: Fernanda Rocha.
El año pasado, antes de llegar el día de elecciones, caminando por la calle escuchaba a mucha gente –o por lo menos los que estaban en contra del PRD o directamente de AMLO- quejarse y decir que si AMLO ganaba la presidencia iba a convertir a México en un país militarizado, que íbamos a terminar como Cuba y que él iba a ser el nuevo Fidel Castro.
El tiempo ha pasado, y ahora tenemos como presidente – que elegido o no por democracia- a Felipe Calderón Hinojosa, bueno, todavía recuerdo la cara de felicidad de algunos y la de coraje de otros al ver que el había sido electo presidente de México.
Con estos primeros meses que lleva como presidente de esta hermosa República, me he dado cuenta de que al no tener como presidente a AMLO, México se ha salvado – como dicen por ahí- de ser como Cuba, gracias a esto seguimos siendo “libres”, vivimos con altas y bajas –bueno en realidad más bajas que altas- pero vamos sobreviviendo. Es cierto se nos quito el temor de poder tener un Fidel Castro en nuestro país.
Que alivio ¿no?, claro aunque ahora la pregunta es ¿Qué tan lejos estamos de convertirnos en otra Colombia? O más directo, ¿somos felices de ser uno de los países más peligrosos para periodistas y en general para todos los habitantes? Digo porque es un orgullo ser de los primeros lugares, y en todo el mundo no solo en América, ¡Que honor! O mejor dicho ¡Que horror!
Si, que horror y que vergüenza que seamos comparados con países como Afganistán, que esta en uno de los primeros lugares de países inseguros para periodistas, la diferencia es que ellos a diario están en guerra, con Estados Unidos con todos, por petróleo, por religión, por ideas por lo que sea que para ellos sea importante, y nosotros, solo estamos en guerra con nosotros mismos.
El hecho de ser vivir en zonas tomados por militares o por los narcos es peligroso, muy cierto, pero así o más peligroso es el hecho de ser periodista, amenazas, muerte, secuestros, eso es lo único que acompaña a esta profesión, a nuestra profesión, si tocas un tema del cual es peligroso que la gente se entere te amenazan, si entras en investigaciones de narcotráfico te matan o te secuestran, todo es peligro y la gente aunque se revela al final – y por desgracia- terminan diciendo “por chismoso”, “por metiche” o simplemente “para que se mete en esos rollos”.
Analizando todo desde este punto ¿qué podemos decir?, ¿acaso tenemos que dar gracias por no ser como Cuba? Porque realmente estamos muy cerca de ser como Colombia, gente amenazada, muertos, secuestros y lo peor de todo esto es que nos estamos acostumbrando a verlo y escucharlo todo el día, todos los días, ya nadie se asombra de saber que hubo muertos, ya no es novedoso, ya no es noticia.
Tal vez esto es lo que le tenemos que agradecer a un gobierno que al tratar de hacer todo lo posible por erradicar la delincuencia, el narcotráfico y todo el mal que hay en la sociedad este cobrando la factura muy alta, gente que hace se trabajo y que termina muerto como son algunos casos de policías y todos los de periodistas o que simplemente en una pelea iba pasando y le toco la bala que acabo con su vida, porque esto pasa en nuestro país.
El tiempo ha pasado, y ahora tenemos como presidente – que elegido o no por democracia- a Felipe Calderón Hinojosa, bueno, todavía recuerdo la cara de felicidad de algunos y la de coraje de otros al ver que el había sido electo presidente de México.
Con estos primeros meses que lleva como presidente de esta hermosa República, me he dado cuenta de que al no tener como presidente a AMLO, México se ha salvado – como dicen por ahí- de ser como Cuba, gracias a esto seguimos siendo “libres”, vivimos con altas y bajas –bueno en realidad más bajas que altas- pero vamos sobreviviendo. Es cierto se nos quito el temor de poder tener un Fidel Castro en nuestro país.
Que alivio ¿no?, claro aunque ahora la pregunta es ¿Qué tan lejos estamos de convertirnos en otra Colombia? O más directo, ¿somos felices de ser uno de los países más peligrosos para periodistas y en general para todos los habitantes? Digo porque es un orgullo ser de los primeros lugares, y en todo el mundo no solo en América, ¡Que honor! O mejor dicho ¡Que horror!
Si, que horror y que vergüenza que seamos comparados con países como Afganistán, que esta en uno de los primeros lugares de países inseguros para periodistas, la diferencia es que ellos a diario están en guerra, con Estados Unidos con todos, por petróleo, por religión, por ideas por lo que sea que para ellos sea importante, y nosotros, solo estamos en guerra con nosotros mismos.
El hecho de ser vivir en zonas tomados por militares o por los narcos es peligroso, muy cierto, pero así o más peligroso es el hecho de ser periodista, amenazas, muerte, secuestros, eso es lo único que acompaña a esta profesión, a nuestra profesión, si tocas un tema del cual es peligroso que la gente se entere te amenazan, si entras en investigaciones de narcotráfico te matan o te secuestran, todo es peligro y la gente aunque se revela al final – y por desgracia- terminan diciendo “por chismoso”, “por metiche” o simplemente “para que se mete en esos rollos”.
Analizando todo desde este punto ¿qué podemos decir?, ¿acaso tenemos que dar gracias por no ser como Cuba? Porque realmente estamos muy cerca de ser como Colombia, gente amenazada, muertos, secuestros y lo peor de todo esto es que nos estamos acostumbrando a verlo y escucharlo todo el día, todos los días, ya nadie se asombra de saber que hubo muertos, ya no es novedoso, ya no es noticia.
Tal vez esto es lo que le tenemos que agradecer a un gobierno que al tratar de hacer todo lo posible por erradicar la delincuencia, el narcotráfico y todo el mal que hay en la sociedad este cobrando la factura muy alta, gente que hace se trabajo y que termina muerto como son algunos casos de policías y todos los de periodistas o que simplemente en una pelea iba pasando y le toco la bala que acabo con su vida, porque esto pasa en nuestro país.
Lo único que me queda por decir es que si bien no estaremos reprimidos como la gente en Cuba, si estamos con miedo a ser los próximos muertos ya que en México todos, absolutamente todos somos excelentes para poder pagar lo que se hace bien o mal en el gobierno. Todos somos víctimas de todos, todos somos los blancos de los que quieran jugar a matar.
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